No hay ciudad que se precie que no tenga su barriada chunga, marginal o cómo quiera que la llamemos. Por nombres que no quede. Si el barrio es cuestión se llama “La Margarita”, ya nos encargaremos de cambiarle tan singular y primaveral denominación por otras más rocosas y marginales al estilo de: “dónde los gitanos”, “las 600 viviendas” “las 3000 viviendas”, “la “n” factorial elevado al cubo viviendas”, “la Cañada” o “dónde Segismundo se sacó la chorra”. Este afán nuestro no es casual, obedece a un estricto sentido de equiparación de la realidad observada con el sustantivo que la describe. Un lugar lleno de mierda y piedras no puede llamarse “La Margarita” por muy buenas intenciones que el alcalde o el concejal de urbanismo de turno pusiera en su día (ambos unos hijos de puta, dicho sea)
En estos barrios abunda la pobreza; sí, los que viven allí son pobres, qué le vamos a hacer, es una lástima. Son guetos donde conviven, por decir algo,gentes venidas de todas las partes del mundo (ahora le llaman globalización, término que me paso por la polla y me lo restriego por los cojones) y que a duras penas tienen medios para salir adelante. Esa es la versión oficial u oficiosa. Pero para la Cancillería, la pobreza no es incompatible con la limpieza, razón por la cual procedemos a descifrar las grandes mentiras dichas en torno a este fenómeno.
1ª mentira .- La sociedad los ha hecho así:
Sí, y mis cojones treinta y tres. La sociedad, como la retórica izquierdista nos quiere hacer creer, no es la culpable de todos los males que nos acechan. La sociedad, como ellos dicen, no va a sus casas a llenárselas de mierda ni a sus calles a romper las papeleras y las farolas. La sociedad no tiene la culpa de que se coman el asfalto de las calles a bocados, ni de que amontonen toneladas de basura en los portales, ni de que ningún proveedor de servicios quiera ir a la zona porque van acojonaos. No señor, la sociedad es asquerosa, mentirosa, hipócrita, consumista, idiota, imbécil, hijadeputa, lo que se quiera, pero no entra en sus casas a ensuciar; eso NO.
2ª mentira.- Los políticos tienen la culpa:
Sí, claro. También tienen la culpa de que la gente normal pague sus impuestos y demás. Impuestos que, dicho sea de paso, van a parar en gran medida a restaurar barrios marginales. Restuarar algo que, por cierto, no debería estar roto. Porque en las casas normales, los ascensores se estropean, pero no desaparecen dejando un absurdo hueco a modo de vertedero. Porque en las casas normales hay plantas y flores, pero no estiércol. Porque en las casas normales se rompen cristales accidentalmente, pero no se revientan ventanas enteras con el marco inlcuído. Porque en las casas normales se rompen tuberías, pero no se arrancan de cuajo para venderlas como quincalla. Porque en las casas normales hay animales domésticos, pero no burros y vacas. Porque hemos visto barrios nuevos emerger de la nada y denigrarse en cuestión de meses, por eso no nos creemos que los políticos tengan la culpa. Porque éstos pueden ser todos los adjetivos que hemos aplicado para la sociedad, incluso peores, pero no entran en sus casas a ensuciar; eso NO.
3ª mentira.- No tienen oportunidades y el bajo nivel económico les impide progresar:
Si por oportunidad se entiende pagar una mensualidad por tocarse los cojones en su casa (o lo que quede de ella) pues no muchas, pero alguna ayuda cae de vez en cuando. No vamos a entrar en la eterna discusión de que hay trabajos indeseables que nadie quiere hacer. Sí, los hay. ¿Y qué? A nadie normal le llueven los billetes del cielo. Es más, el sistema es tremendamente injusto con la gente currante. Un tío que trabaja los 12 meses del año durante toda su vida nunca pericibirá subsidio de desempleo, y esto es injusto porque está cotizando para ello. Esto no es África. Hay ejemplos de ciudadanos honrados que no tenían nada y han progresado (o al menos han llegado a entender el sentido de verbos como “lavar”, “limpiar” “ordenar”..) No es que no haya oportunidades, es que no les interesa ni verlas. Ahora dime facha, que ya estás tardando.
4ª mentira.- No respetamos su cultura:
Tendríamos que analizar antes qué se entiende por cultura. En primer lugar, en este tipo de guetos hay gente de toda condición cultural y religiosa. Pero que nadie me venda la moto de que no entendemos la “cultura” de ciertas personas que se pasan todo el puto día, y gran parte de la noche, tocando palmas en la calle al calor de una hoguera hecha con los marcos de sus puertas. No jodamos. Esa cultura ni la entiendo ni la respeto ni deseo hacer ambas cosas. Yo no digo que se pongan a leer el contrato social de Rosseau, ni tan siquiera que lean; me da igual. Pero si los críos, en lugar de tocar las palmas y entonar con pasión cánticos cañís con el torso desnudo, fueran a la escuela cuando les tocase, igual de mayores no estarían reclamando esa oportunidad que tanto anhelan ahora sus padres. Y el acceso a la educación nadie se lo está negando. Si no pueden comprarse los libros ya tomarán apuntes, que para eso tienen manos. Como hemos hecho todos. Así que menos cante jondo y más léxico, que os quedáis en las soleás y las bulerías y a Camarón no le haría gracia veros así.
5ª menitra.- Es un círculo vicioso:
Esta es verdad, mira por dónde.
Conclusiones:
Condenamos la marginación y las diferencias sociales. Nos entristece enormemente la pobreza real. Pero la pobreza o la miseria económica no están reñidas con la limpieza y el sentido común. Por ahí no pasamos. Que en pleno siglo XXI haya gente que justifique ciertas actitudes, amparándose en la siempre omnipresente maldad de la sociedad, me parece que es un cuento chino que ya comienza a cansar. Somos malos, muy malos. Los P5 son peores. Pero un pobre no tiene por qué ser un guarro ni un inculto, hay que defender su dignidad; esa es nuestra premisa.
Consejo:
“...dónde los gitanos está lleno de éstos; si no entiendes su “cultura” no hace falta que vayas, te vas a hacer un lío. Y deja el reloj en casa por lo que pueda pasar.” No lo digo yo, lo dice la historia.
Buen sexo y profunda limpieza.
El Káiser, Mes I, Año 32
CORCHEAS Y SEMIFUSAS SOBREVUELAN LOS SUBURBIOS
29 de julio de 2006
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4 comentarios:
Vivo en un barrio lleno de marginales, no de esos de mala fama. Puedo suscribir todo lo que dice en el post.
Un saludo
Fantásticas verdades sobre las mentiras.
En mi barrio hay una calle por la que, si pasas, te tiran piedras, adivina quién vive ahí.
Encima utilizan el garaje como salón-comedor.
Los niños juegan a tirarse por una cuesta sobre un camión de juguete, el día que pillemos a alguno con el coche, nos lincharán, además del disgusto, claro.
Y para mas jodienda, tu estas 30 años de tu puta vida pagando una hipoteca y a los "palmeros" le dan la vivienda gratis para que no alboroten, o mejor aún, entran dentro de tu casa como paso no hace mucho y la poli no hace nada
Vamos a ver, hay etnias y grupos sociales marranos por naturaleza.
Son como los cerdos que gustan de revolcarse en sus heces (los cerdos no tienen otra salida).
No me importaría demasiado e incluso les haría fotos en blanco y negro para dar un mayor dramatismo a la toma; si no fuera porque me quitan dinero de mi nómina para subvencionar las pocilgas de los puercos.
La tolerancia es algo enrollable que sirve para sondar con ella a los pieles sucias.
Buen sexo, Káiser.
Es todo tan... tan... anal.
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