TAM TAM... NO PODEMOS SALIR....

Esta Gloriosa Cancillería se sobrepone al fenómeno fan y emite el siguiente comunicado:

"A día de hoy tenemos que salir a comprar para subsistir; necesitamos el aire libre para respirar. Nuestra libertad no tiene precio. No queremos vernos obligados a tener que avisar a las fuerzas del orden ya que no nos interesa, ni por nosotros ni por la reputación de nuestros actos, así como tampoco por la imagen que podamos dar a los miles de fans que nos esperan en la puerta."

Tam tam... no podemos salir...

Lamentablemente, y la ocasión lo merece, debemos hacer un llamamiento a la guerra santa contra el fenómeno fan, ya que se está llevando hasta unos límites totalmente grotescos, sobretodo con programas televisivos tan populares como O.T., Gran Hermano, y vomitonas por el estilo. El solo hecho de que una persona se ponga a llorar en el plató de un programa de televisión porque le han nominado es para cogerlo del pescuezo y retorcérselo con un movimiento seco haciendo que el CRREEEEC de las vértebras se escuche hasta en Navalcarnero. Esto pasó con el amigo Bustamante, un gran tipo, por cierto, guapo y simpático, que se llevaba a todos de calle en la esquina los chaperos.... o acaso os habíais creido lo de la obra? Simple morralla publicitaria para vender algún disquillo que otro más... lo pobre vende, y si no que se lo digan a los negros de las ramblas... Moda étnica, cerámica étnica... ¡y una polla!: son cosas hechas con el culo por el simple hecho de no tener más en que dedicar el tiempo, ya que ni siquiera les permiten correr delante de los leones por las leyes de protección, y luego si cuela se lo venden a un gilipollas tuerto y ciego como la mayoría de los mortales que pasean por las ramblas con aire de superioridad que andan pensando “Pobrecito negro, mira, si sabe hacer cosas y todo!! Vamos a comprar algo...”

Lamentamos profundamente que nuestro hogar tenga una sociedad totalmente volcada sobre un programa de televisión en el que sale ganadora una persona a la que llaman FRESITA. Es una persona aclamada por la calle, subida a los altares en las fiestas de su pueblo y presentadora de un concurso en una red local de televisión. ¿Qué ha hecho la tonta del bote para ganarse esa fama? Asustarse de una vaca. Ni más ni menos... Mira que hay que ser tonta, pobrecilla....AAAAIIIIIDDAAAAAAAA ¡!!. Hay que ser gilipollas, no vale ni para echar de comer a los cerdos. Lamentablemente nos surge en la Cancillería la pregunta que moverá al mundo: “Quién es más gilipollas? ¿La tonta la Fresita o la gente que la sigue?.. Por el amor de un dios, seamos serios, si la comenabos no sabe ni hablar, y cuando se enganchó con el italiani aquél no había quien la soltara...

Puestos a hablar de seres superiores, ahí tenemos a su amiga AIDA. En un tosco intento de dar un golpe de estado en las instancias celestiales, la profeta AIDA se subió a los cielos televisivos y proclamó a todos los vientos su superioridad manifiesta. Las carcajadas que nos pegamos a su costa aún resuenan en los ecos de nuestro pasado más friki. Lamentablemente, todo lo que sube, baja. En cuanto su fama comenzó a declinar, poco a poco sus rodillas comenzaron a pelarse a causa del esfuerzo de arrodillarse delante de los jefazos de telecinco para que su fama siguiera corriéndose unas gotitas más de tiempo.... Llegaron las fotos de Interviú, y su declive fue igual que el de sus tetas. Patético y vergonzoso.

Este país necesita un repaso, diría nuestro amigo Jose Luis Coll en tiempos ancestrales... La fama nos persigue, y no podemos hacer nada por evitarlo. Siempre hay gente que adora a alguien solo por el hecho de que es más famoso que él, es más poderoso que él y es más guapo que él. Hasta cierto punto, es algo normal que pasen estas cosas, dado el total grado de borreguismo que la publicidad provoca en la sociedad. Hay momentos en que una buena bomba bien puesta en alguna cadena de televisión no solo provocaría el caos, sino que además provocaría suicidios colectivos en masa tipo Wacco entre las niñas de 13 a 15 años, todas desangradas por el coño pensando que ya no podrán volver a ver a su guapísimo Bustamante, el que hacía de chapero...

Seguimos encerrados en la Cancillería y esto va para largo... la gente se arremolina en la entrada, cierra toda posible escapatoria... Nos quedamos sin víveres...Escasea el agua... Tambores... Ya vienen...

Tam tam.... No podemos salir...

Raistlin
Ministro de la Cancillería