Qué encrucijada tengo:
Siguiendo las “consejos” del Káiser, por no mandarlo a la mierda directamente, decidí levantarme, subirme los pantalones, quitar el vídeo de Universitarias, y ponerme a analizar la vida en P5 según los ojos de quien desea castrarlos a todos para que dejen de reproducirse y no puede hacerlo por el bien de la comunidad.
Hubo un momento en que estuve tentado de agarrar mi hachita de diario, salir a la calle y ponerme a repartir bandazos a diestro y siniestro, sin preocuparme de quién fuera el dueño de la cabeza que acababa de rebotar contra el bordillo. No, eso estaría bien, pero debemos conservar una mínima cordura.
Y es que la gente cada vez me saca más de quicio. Me estoy volviendo un ermitaño, solo con el único objetivo de que la idiotez crónica de la gente no me afecte en demasía, ya que por lo visto la cosa es muy contagiosa. Y una de esas cosas que es difícil que no afecte es el periodo de enero después de la fiesta de Reyes.. Me estoy refiriendo a las REBAJAS DE ENERO.
Díossssss, qué encrucijada tengo!!
Para lo poco que salgo, siempre tratando de evitar el roce de la gente que deambula parándose a cada escaparate, me cago en San Vitorio y Luchino y en los acordes de los Stradivarius, porque de repente, al doblar una esquina, me topo con una marabunta de ovejas que no paran de entrar y de salir de un sitio llamado ZARA. Por lo visto el sitio este es de un amigo nuestro, El Amancio, a quien durante toda la vida en el pueblo le llamaban el Pocerito Leré, se ha montado un chiringuito que no vende cañas ni tabaco, pero que se ha convertido en un referente en lo que a tiendas de moda barata se refiere. Decidí entrar, a ver el comportamiento de la gente en su misión de ser guiados por la publicidad.
No me esperaba algo así. Carteles de colores por todos lados, gente andando sin cuidado de arrollar a alguien, pisoteando a otra gente sin ni siquiera pararse a mirar al prójimo, solo con la vista puesta en la búsqueda de la mejor ganga, ropa tirada por el suelo, pisoteada por las señoras que en su día fueron guapas, pero que ahora de tanto succionar penes para subir en el escalafón de la sociedad, se les ha quedado una cara de soberbia de pensar “yo succiono mejor que tú, pequeño infiel” que no se puede dejar de pensar que su belleza actual viene por la leche de toro, no por su interior, por lo que la cosa pierde.... Gente saliendo de los probadores de ropa mientras otra gente, muchísima gente, hace la cola del corderito para entrar a probarse algo que ha cogido del suelo de debajo del zapato de una señora de esas que succionan. El caos.
Aterrorizado, decidí largarme de allí lo más rápido posible. No sin antes dejar la mochila que llevaba en el hombro en una esquina de la tienda. De esta manera, y si nadie se llevaba antes la mochila con los explosivos pensando que estaba de oferta, el periodo de rebajas en casa del Pocerito se terminaría antes de lo esperado. La programé para que explotara en 2 minutos, tiempo de sobra para salir de allí sin levantar sospechas, ya que no había comprado nada en las rebajas y eso canta. Pero fue al darme la vuelta cuando, con un ataque rápido y eficaz, se presentó ante mí un cartel que rezaba de la siguiente manera: “LENCERÍA AL 70% DE DESCUENTO”
Ay Diosito!! que encrucijada tengo!!
Tengo dos minutos para salir de ese futuro “accidente”, pero es que no puedo irme sin mi lencería descontada!! Un buen conjuntito de ropa interior sexy negra calmaría mi sed de sangre en momentos de tensión, pensé. Tengo dos minutos. Y al Káiser se lo cogeré en rosa, que seguro que le gusta.... Tengo dos minutos, así que al tajo, carajo. Me pongo a revolver entre el montón de ropa interior, a lo que una succionadora se pone a mi lado y coge la misma prenda que tengo en la mano, y encima me mira como si hubiera notado que tiene una piedra dentro del zapato. Hija de la gran Puta, suelta el sujetador que te empalo. Supongo que esto lo dije en voz alta, porque enseguida lo soltó, se dio media vuelta y se largó de mi lado como alma que lleva el diablo. Mientras la veía salir corriendo, me la quedé mirando y la imaginé con el sujetador que me había tratado de arrebatar y una chispa de alegría recorrió mi glande. Sí que la debe succionar bien, sí, aunque ya tiene una edad como para ser mi madre, pero es que no tenía tiempo para tocamientos. Me queda algo más de un minuto, así que a correr toca.
Me pongo en la cola de la caja a esperar mi turno.................. adelanto un paso.............. quedan 50 segundos........ otro pasito palante María............ a cascarla!! Yo me largo!!!
Así que ni corto ni perezoso, me dispongo a salir por la puerta... Quedan 40 segundos, hay un guardia de seguridad rondando y encima tienen un detector de robos de esos de arcos en la puerta.... me cagüen la madre que parió al Ortega...... Pero no puedo dejar el trofeo que me he ganado en lucha titánica contra la anciana succionadora en el universo de las succionadoras, sería como tirar por el suelo todo el trabajo....
De repente tengo una idea. Quedan 30 segundos. Me dirijo a una ancianita tipo Las Chicas de Oro, que está mirando algo con su hija. Me presento: “Hola señora, soy Raistlin”, y sin más preámbulos le suelto una hostia en toda la boca. Pobre mujer, no se lo merecía. Parecía simpática. La mujer se desmorona en el suelo. La hija comienza a correr por toda la tienda, gritando y pidiendo auxilio. El guardia no sabe que pasa, y se pone a correr detrás de la hija a ver que coño le pasa.... momento en que salgo por la puerta, con el pitido del antirrobo, al que nadie hace caso..... Me alejo unos pasos, y la gloria del trabajo bien hecho se deja notar a modo de ruido, humo y fuego..... Me largo a casa.
Nada más llegar a casa, me viene a la mente la fantasía de la succionadora con el sujetador que he comprado... Mi prepucio se alegra.... La noche promete. Pero antes envolveré el regalito para el Día del Káiser. Seguro que le gusta.
LA ENCRUCIJADA DE RAISTLIN
22 de enero de 2007
Soflama escupida por Kaiser y Raistlin
Etiquetas: Encrucijadas Varias
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2 comentarios:
Oí en la radio que había que tener cuidado pues antes de las rebajas suelen inflar los precios, haciendo las rebajas ficticias.
Pues ha sido una aventura de lo más sugerente. Sé que lo pasaste mal, Raistlin; pero medio mundo se ríe de los dos más pobres del planeta y yo me lo he reído un rato con esa encrucijada.
Respecto a las rebajas, no es que sea rico, pero encuentro mucho más digno comprar en temporada, más que nada porque da más clase y esos roces no dejan de anguastiarme.
Buen sexo.
Iconoclasta
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