La Montaña

21 de julio de 2007

Los montes están llenos de mierda y a menudo arden. Si uno quiere disfrutar de la naturaleza y respirar aire puro y limpio tendrá que emigrar a otro planeta, a otra galaxia.
Aquí ya no hay nada que hacer. Los de greenpeace hace tiempo que me tocaron la polla, pero ya no lo hacen. Son los primeros en tirar las latas de cerveza por el campo.
Los domingueros son unos hijos de puta. Sólo alardean de coche y de familia, aunque los lunes se follen a su secretaria en el despacho; pero el domingo es para disfrutar con la mujer e hijos y llenarlo todo de mierda.
Se van de barbacoa, aunque esté prohibido. Comen carne y pescado, beben vino y cerveza, hasta los niños se toman la licencia de echar un trago, porque es domingo y todo vale. Papa se ríe viendo como el crío de 11 años pilla un ciego con cuatro sorbos de Ribera del Duero. Luego le dará una patada a la botella, cuando ya esté vacía.
Como todo vale, yo me follo a su mujer debajo de un árbol mientras él está leyendo el Marca, así disfrutamos todos.
Gime tanto que los hijos se acercan a ver qué pasa.
Y ven como un extraño le hace cosas a mamá. Las cosas que papá le hacía por las noches, cada vez con menos frecuencia dicho sea de paso.
Disfrutamos tanto, que mi compañera circunstancial, la que tiene mi rabo entre sus piernas entrando y saliendo no puede dejar de gemir y botar y no se percata de la presencia de sus retoños.
Yo le aviso, pero no paro de empujar.
Es igual, dice ella. Y girándose hacia ellos les dice:
“Es el guardabosques, me está enseñando a buscar setas, seguid jugando”
Yo también sigo jugando y sin condón.

Los niños que van medio pedo avisan al padre:
“Papá, mamá está aprendiendo a buscar setas, le está enseñando un hombre”
Y el padre, sin quitar ojo del diario deportivo, y tirando la colilla encendida el suelo, espeta:
“Muy bien niños. El Madrid ha fichado a Saviola, este año ganamos la Champions”

Aquí todos ganan.

Tardo en correrme, será porque este árbol está pelado y da poca sombra. El sol me abrasa la cara, pero no quiero cambiar de postura. Esta mujer es una máquina de follar y tiene unas tetas que no se las merece el marido.

La suegra está durmiendo en una tumbona, pero un ruido la despierta. Es un perro abandonado que pasaba por allí y no para de ladrar.

“Tú que haces aquí, largo”

Como si el invasor fuera el animal en lugar de ellos. El padre, que ya conoce de primera mano cuánto ha pagado el Madrid por fichar a Pepe, aparta la vista del Marca y se dirige al perro sigilosamente por detrás. Le arrea una patada en los cojones que lo deja aturdido y tumbado en el suelo.

Mi puta ya se ha corrido y yo sigo intentándolo; se ha quedado flácida, ya no empuja, todo lo hago yo, pero no hay manera. Me la saco y le digo que me la coma para rematar la faena. Accede sin rechistar. Se la come entera y se traga todo lo que había que tragar. Antes de despedirnos me da un beso y quedamos para el domingo que viene, mientras se sube las bragas y se pone el pantalón. Me acabo de correr y ya estoy empalmado otra vez, esto es inhumano.

El perro se rehace y se aleja cabizbajo, pero el hombre no ha tenido suficiente. Le lanza un botellazo desde 15 metros que impacta en su cabeza. El perro yace muerto.

La colilla prende entre los matojos, pero nadie se percata.

La suegra abronca al yerno por haber matado al perro.

“Sólo tenías que asustarle, criminal”
“Cállese suegra, estos animales son un peligro”

Los niños ven el fuego y avisan al padre, mientras la madre va llegando con el coño empapado y esbozando una sonrisa.

“Corre, corre, que nos vamos, hay fuego”

Abandonan el lugar, dejando todo perdido, lleno de mierda.

El Monte arde, el perro se calcina.


Estos animales son un peligro.


EK, M I, Año 33

1 comentario:

Iconoclasta dijo...

¡Ah, las salidas en familia!
El contacto con la naturaleza, los niños disfrutando, la perra de la madre ensartada y el cabronazo del cerebro podrido del padre leyendo el marca.
Es todo tan bucólico...
Si es que no hay remedio, es que es para enfadarse.
Buen sexo, sarcástico Kaiser.
Iconoclasta