Deshaciendo Mitos

22 de septiembre de 2007

Sólo los imbéciles siguen el juego a la Mafia. Políticos, periodistas afines al régimen y los famosos “actores sociales” andan removiendo la mierda para seguir picoteando del pastel, en el que nosotros somos el bizcocho y ellos se llevan la guinda. Son unos hijos de puta, pero eso ya lo sabemos, hay que avanzar a zancadas porque está visto que pasito a pasito nos hundimos en el lodo de estas arenas movedizas; y ya nos empieza a faltar el aire.

La Cancillería, en su afán por abrir la mente a P5, por difícil e infructuosa que resulte esta tarea, no va a escatimar esfuerzos y seguirá fiel a sus principios e inasequible al desaliento
.

Empezaremos deshaciendo algunos mitos que nos traen de culo. Con el primero queremos lanzar un mensaje de amistad y cariño desde Catalunya al resto de España (o Estado Español, o Ese País, o como os salga de los cojones definirlo) porque sabemos que muchos lectores del Boletín y compañeros de armas sois de esa parte del planeta dónde la tortura a un animal va ligada a una bandera; y porque sabemos que no todos estáis de acuerdo con ese planteamiento.

Mito # 1: Vascos y catalanes sólo quieren la independencia, odian a España y desean que se desintegre: si por vascos y catalanes entendemos a esa porción de la población que se autodefine como separatista, pues entonces sí. Es así de fácil. Ocurre que en estas dos comunidades, hay gente que cuando se levanta de buena mañana, en lo único que piensan es en follar con su pareja si la tienen al lado y escaquearse del curro lo mejor que puedan. Luego piensan que su media naranja no está para carantoñas porque estamos a fin de mes y no hay dinerito en casa y los recibos no entienden de penurias económicas. Luego piensa que para pagar esas deudas tendrá que ir a trabajar inexorablemente, por más que su jefe sea un pedazo de cabrón y un explotador, como todos. Luego piensa que el coche está fallando y hay que pasar una revisión, y en la vuelta al cole de los críos, y en las colas en la Ronda del Litoral o Gran Vía, y en la cerveza que no se tomará porque la caña ya cuesta dos euros, y en el pincho de morcilla que ya no ponen en el bar porque los cerdos también comen, y el pienso también sube, porque la empresa que fabrica el pienso reduce costes de personal pero al dueño le ha dado por viajar a Rusia a follarse a bellas señoritas y esto conlleva un coste. Luego piensa que mañana será igual y que cada día que pasa está más viejo y cansado y que dentro de unos años sus hijos no le mirarán ni a la cara, su mujer será una vieja y acabarán jugando al cinquillo en un asilo de mierda, que no limpian porque están reduciendo costes (de personal, otra vez) Luego se acostará y pondrá la radio y escuchará a algún hijo de puta decirle que es un insolidario con el resto de España por el simple hecho de vivir en Catalunya o en Euskadi. Luego escuchará la versión de algún político cabrón, maldiciendo al Estado opresor y proclamando a los cuatro vientos que todos los males vienen de un lugar llamado Madrid (dónde se llevan a los niños malos que hablan castellano) y que todo se solucionaría si nos dejaran tener selecciones nacionales. Luego escuchará como estos dos mamones le piden su voto. ¿Quién quiere desintegrar a quien?

Realmente el mito # 1 son muchos mitos. Como el de la famosa redistribución territorial de la renta. Sí, los catalanes queremos ver claridad en la balanza fiscal, como cualquier hijo de vecino quiere ver los recibos del banco para ver si le están tangando. Esto no significa que un catalán normal, que mira por sus intereses, quiera ver a los extremeños muertos de hambre y tirados por el suelo comiendo mierda como los cerdos que tan bien se les da criar. Qué va, hombre. Esto sólo lo desean los políticos y los periodistas progres, porque los carcas querrían ver como un general iluminado nos pasa por el garrote vil. No hay razón para sentirse alarmado ni identificado.

Yo estoy seguro que vuestro vecino del quinto os cae de puta madre. Pero si tuviérais que pagar el doble de comunidad que él porque lo dice el presidente quizás os molestaría un pelín. Y si un día os invita a su casa a tomar unos quintos mientras veis el partido por digital + y véis que sus muebles son mejores que los vuestros, a lo mejor hasta llegáis a formular una queja al presi. No es demagogia, es la realidad. Demagogia es querer meter en el mismo saco a todos los que pensamos que nuestro dinero es nuestro y, lejos de desear ningún mal a nadie, queremos capitalizar nuestro esfuerzo hacia una mejora sustancial de nuestras condiciones de vida. Sólo es eso, no quemamos banderas españolas, y hasta incluso nos emocionamos cuando la selección llega a octavos de final del mundial y nos cabreamos cuando cae eliminada en cuartos. Quizás no nos levantemos cuando suena el himno nacional, pero es que tampoco lo hacemos cuando escuchamos “Els Segadors”. No somos patriotas, ni tampoco apátridas, sólo ciudadanos del lugar en el que vivimos. Igual que vosotros.

Ya véis, amigos españoles, que no tenemos ningún problema con el lugar de procedencia de nuestro presidente Montilla. Es andaluz, toma ya. Lo único que nos jode es que no tiene salero, el jodido. Es un triste, es más papista que el papa y parece que lo del “seny català” se lo ha tomado muy a pecho este hombre. Nos gustaría que, ya puestos, hubiera llevado una nota de color y alegría al Parlament. No sé, un “ozú chiquillo con lah infraestruturah de los cohone” nos molaría mogollón. Pero no, este tío habla un
catalán seco y barcelonés que cansa de aburrimiento.

Ya véis, amigos españoles, que queremos estrechar lazos. Porque sabemos que vosotros no sois como nos cuentan los mafiosos. Porque, del mismo modo que nos sudan la polla las banderas, a vosotros también. Porque la vuelta al cole, los problemas del coche y la puta precariedad laboral también son prioritarias en vuestras vidas.

Por todo esto y porque, a pesar de todo nos seguimos entendiendo, no hagáis ni puto caso a los que intentan infectar y hacer daño. Esos sólo quieren tu voto o que les compres su periódico y luego, cuando empiece el tiroeto, se iran a Francia o Argentina a seguir manipulando.

Son unos hijos de puta, pero eso ya lo sabiámos. ¿A qué sí?



EK, M III, Año 33

2 comentarios:

Iconoclasta dijo...

Claro que lo sabíamos, Kaiser: unos auténticos hijos de puta.
Sin ninguna duda.
Y así, con gracia e ingenio (y por descartado un buen conocimiento del momento actual), has explicado que toda esa mierda del nacionalismo se reduce afortunadamente, a saber qué coño hacen con nuestro dinero si tanto nos cuesta ganarlo.
Divertido y de una precisión milimétrica.
Un abrazo.
Buen sexo.

Leonardo dijo...

Todos los mitos corresponden siempre a generalizaciones. Y las generalizaciones las realizan los ignorantes.

Deja que esos mediocres se ahoguen en su ignrancia.

Un saludo.